Redacción. Madrid
Nueve grandes hospitales españoles evaluarán durante los próximos dos años un nuevo medicamento para el tratamiento del alzheimer en sus estadios iniciales (fase prodrómica), cuando esta enfermedad es prácticamente asintomática y aún no ha aparecido la demencia.
El diagnóstico es posible diez o quince años antes de que
se desarrolle la demencia.
|
El ensayo clínico, que lleva por nombre SCarlet RoAD Study, se llevará a cabo en cerca de 150 centros de alrededor de 28 países de todo el mundo y en él participarán aproximadamente 770 personas con un elevado riesgo de padecer la enfermedad de Alzheimer. Los hospitales españoles que participan son La Paz, el Doce de Octubre y el Ramón y Cajal, de Madrid; la Fundación ACE, el Hospital Clínic, el Hospital del Mar, el Sant Pau y la Mutua de Terrassa, en Cataluña; el Hospital Universitario Cruces de Vizcaya, y el Hospital Universitario Doctor Peset de Valencia.
El objetivo del estudio es evaluar si el medicamento en investigación, un anticuerpo monoclonal subcutáneo (gantenerumab), es capaz de detener el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer en esta fase temprana, cuando ya empieza a notarse un leve deterioro de la memoria, pero aún no se ha producido un daño neurológico y cognitivo irreversible.
“En la actualidad, disponemos de nuevos biomarcadores que nos permiten diagnosticar a los pacientes con alzheimer en la fase prodrómica de la enfermedad. De hecho, el diagnóstico es posible diez o quince años antes de que se desarrolle la demencia, lo que nos dejaría una puerta abierta para prevenir, revertir y controlar su progresión”, explica Antonio del Olmo, neurólogo responsable del estudio en el Doctor Peset.
Eliminar las placas amiloides
El fármaco experimental ha mostrado efectividad en ensayos previos con un grupo reducido de pacientes para eliminar las placas de proteína amiloide acumuladas en el cerebro. Según muchos investigadores, la aparición de estas placas podría ser la causa de la enfermedad de Alzheimer, por lo que su eliminación podría contribuir a detener o ralentizar el desarrollo de esta enfermedad neurodegenerativa.
“Hasta ahora, todas las líneas de investigación para desarrollar tratamientos para el Alzheimer han estado centradas en las etapas más tardías y discapacitantes de la enfermedad. El SCarlet RoAD es el primer estudio multicéntrico mundial que pretende probar la eficacia y seguridad de un fármaco que frene el alzheimer al inicio, cuando la pérdida de memoria haya empezado, pero aún no afecte a la capacidad de la persona para llevar a cabo actividades cotidianas”, señala Del Olmo.
Entre los biomarcadores que permiten detectar esta fase prodrómica de la enfermedad de Alzheimer están la afectación de la memoria episódica que impide almacenar datos recientes, la atrofia del lóbulo temporal del cerebro o la alteración de las niveles de la proteína amiloide en el líquido espinal (unos niveles bajos indican que la proteína no se está eliminando y que se acumula en el cerebro), entre otros.
“Las personas con enfermedad de Alzheimer en fase prodrómica pueden ser más proclives a desarrollar demencia que las personas con otras formas de pérdida de memoria (normalmente asociada con el envejecimiento) o de deterioro cognitivo leve. Con este ensayo estudiaremos los efectos que tiene el medicamento sobre la capacidad de los participantes para recordar información, solucionar problemas y llevar a cabo actividades cotidianas”, apunta el neurólogo.
770 personas de 28 países
Los participantes en el SCarlet RoAD Study, 770 personas de 28 países distintos, deben cumplir una serie de requisitos entre los que se incluye tener entre 50 y 85 años, presentar problemas de memoria específicos en los últimos 12 meses, no estar tomando medicación para algún tipo de demencia y no tener ninguna otra enfermedad física o psíquica grave. Además, deben comprometerse a participar durante los algo más de dos años que durará el estudio y que supondrá acudir al hospital como mínimo una vez al mes para que se les administre el fármaco experimental. A todos ellos se les realizarán pruebas de salud general, pruebas de memoria, electrocardiogramas, punciones lumbares para medir los niveles de proteína amiloide en líquido cefaloraquídeo, resonancias magnéticas y analíticas de sangre y orina.
“Esperamos que los hallazgos hagan avanzar nuestros conocimientos y el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer en fases tempranas. Si el fármaco funciona, sería como una especie de vacuna para proteger a las personas con un elevado riesgo de padecer la que se ha convertido en la pandemia del siglo XXI”, asegura Del Olmo.
|